Y eso es lo que nos deberíamos decir cada mañana al despertar, al mirarnos al espejo, al hablar con nosotras mismas.
Que estamos encantados de tenernos en nuestra vida, porque lo creamos o no, somos las únicas personas que estamos con nosotros mismos las 24 horas del día y que mejor que llevarnos bien con esa persona, ¿no crees?
Por eso es muy importante que nos digamos cosas bonitas, que nos tratemos bien, que nos queramos, que nos mimemos, que nos respetemos, que nos escuchemos, que nos hagamos caso, que sepamos qué necesitamos…
Para hacer todo eso, te invito a hacer 𝐝𝐨𝐬 cosas:
1- Cada día dedícate, al menos unos minutos en silencio, para ti, sin distracciones, sin móvil, sin libros, sin tele, sin música, de pie, tumbada o sentada, como prefieras, y escucha(TE): tu respiración, el ritmo de tu corazón, siente sólo tu persona, tu «esencia» y conecta contigo.
2- Cada día ante el espejo mírate con amor y di algo bonito al reflejo, no tiene porque ser de tu apariencia física, es lo menos importante, di «soy fuerte», «soy valiente», «soy alegre», lo que tu necesites para poner de manifiesto esa cualidad que tienes y que aún no aprecias.
¿Qué te parece? ¿te animas a ponerlo en práctica?