1.Hablaos como adultos.
Hemos pasado muchos años hablándoles como niños y ahora debemos cambiar ese patrón de comportamiento porque puede resultar inadecuado.
En desacuerdos los adolescentes pueden dejar de hablar porque sienten que no les vamos a escuchar y nosotros los padres podemos caer en la tentación de hablarles como si fueran niños pequeños haciendo peticiones inapropiadas o dando consejos que no nos han pedido.

2.Asume tu responsabilidad en el mantenimiento y cuidado de la relación:
esto incluye iniciar las conversaciones, mantener el contacto aunque estemos enfadados, comprometernos y cumplir acuerdos, negociar, disfrutar, reírnos y también tener conversaciones desagradables o incómodas pero necesarias.
No podemos estar siempre a la expectativa de que nuestro hijo esté de buen humor para hablarle y tampoco podemos estar todo el tiempo detrás de ellos controlándoles.
Acordad cómo os vais a relacionar.

3 Aprende a utilizar el conflicto en tu beneficio:
habla de lo que no estás de acuerdo, sobre lo que tienes temor, lo que te preocupa.
Deja de echar culpas, de tener comportamientos agresivos o pasivo-agresivos, como no hablarle durante días, olvida los gritos o ignorar situaciones o problemas.
No los escondas debajo de la alfombra. Al contrario, aprovechad para enfocaros en soluciones, escuchando primero y respetando la postura de la otra persona después.
4. Respeta los límites en la relación con tus adolescentes.
Recuerda que los límites van en ambos sentidos; si no se respetan generan mucha impotencia y resentimiento (ya lo sabes tu misma).
Realizad y configurad “acuerdos de familia”, hablad sobre lo que consideráis tolerable y lo que no toleraréis, qué nivel de privacidad y participación vais a tener por ejemplo en el uso de la tecnología.
Qué tipo de apoyo emocional o consejos están dispuestos a aceptar de nuestra parte …
Si lo sabéis de antemano, evitarás situaciones incómodas y que os desgasten.

5. Acepta el feedback o comentarios que te hagan tus hijos o hijas.
Piensa en una relación de trabajo o de compañeros -cuando te dicen algo, al menos los escuchas; otra cosa es que los aceptes –
Así pues, un padre o madre puede decirle a sus hijos que llamen antes por la noche o expresar su malestar porque el móvil está encima de la mesa y al mismo tiempo nuestros hijos nos puede decir que bajemos la voz si en algún momento la estamos elevando, que no le demos un consejo si no se lo hemos pedido o que dejemos de criticar sus gustos musicales..
Si quieres saber cómo solucionar un conflicto con tu persona adolescente, no te pierdas el post que te he preparado y puedes leer pinchando aquí.
Cambia mucho la relación con tus hijos adolescentes? ¿Sigues tratándoles como si fueran pequeños? ¿qué es lo que te da mas miedo?
Cuentame!